El
Deterioro Cognitivo Leve (DCL) es un síndrome clínico que se presenta en adultos mayores, como consecuencia de una
alteración funcional de los procesos que soportan la memoria. Algunos autores consideran
que las personas que se ven afectadas por este trastorno tienen un mayor riesgo
de presentar demencia, aunque existen discrepancias al respecto.[1,2]
A
pesar del carácter aparentemente benigno del DCL, se ha demostrado que quienes
los sufren tienen una mortalidad dos
veces mayor respecto a otras personas de la misma edad en la comunidad general. Así mismo, diferentes
estudios han evidenciado la existencia de una asociación con demencia tipo
Alzheimer, los pacientes con DCL tienen un riesgo entre tres y ocho veces mayor
de desarrollar esta enfermedad que los individuos sanos.[2,3,4]
Otras
investigaciones han demostrado que la relación existente entre DCL y enfermedad
de Alzheimer podría guardar relación con la severidad del cuadro, así mismo, la
presencia de otros factores asociados (otras alteraciones del funcionamiento
mental diferentes al trastorno de memoria, trastornos de la función motora y
riesgo de enfermedad cerebrovascular), se ha visto asociada con un incremento
entre dos y cinco veces del riesgo de desarrollar algún tipo de demencia. [5]
La
sospecha clínica es uno de los elementos clave del diagnóstico, la queja más
frecuente de los pacientes afectados por este trastorno gira en torno a
problemas de memoria, especialmente olvido de situaciones de la vida diaria
(dificultad para recordar donde se dejó algún objeto, olvido de mensajes) y
pérdida de información de poca relevancia para el desempeño en la vida
cotidiana (datos, ideas o asuntos personales, familiares o laborales que no
interfieren de manera significativa en el quehacer del paciente). [1,5]
La
edad, el nivel cultural, el estado de actividad mental, la presencia de
enfermedades neurológicas o enfermedades que comprometen el estado general de
la persona, han de ser evaluados cuidadosamente durante el interrogatorio dada
la importancia que pueden tener en el diagnóstico precoz de esta enfermedad y
de los trastornos asociados con el cuadro. [1,3,5,6]
El
manejo integral del paciente con DCL incluye la intervención neuropsicológica,
el manejo del componente emocional de la enfermedad, el reforzamiento de las
redes de apoyo social y familiar, la educación al paciente y su familia acerca
de la naturaleza del cuadro y de las consecuencias que pueden derivarse del
mismo y la administración de los medicamentos que sean prescritos por el médico
tratante. [3,6]
La
importancia de las redes de apoyo social y familiar es incuestionable. La
inclusión de la familia en el programa de intervención y en el seguimiento del
paciente genera un sentimiento de pertenencia y un mayor compromiso del anciano
y sus familiares en el proceso de recuperación, así mismo, la participación en
actividades que promuevan la interacción social y la integración con otras personas
refuerza la autoestima, genera lazos de solidaridad y promueve el mantenimiento
de las habilidades interpersonales y las relaciones humanas. [6]
Referencias
1. Joshi S, Morley J. Cognitive Impairment. Medical
Clinics of North America. 2006; 90 (5): 769 – 87.
2. Ramírez
- Expósito MJ, Martínez – Martos J.M. Alteraciones neuronales inducidas por
procesos degenerativos en el sistema nervioso central. Influencia del
envejecimiento normal y patológico. Rev Neurol 1999; 29: 824 – 33.
3. Bartrés
– Faz, Clemente I, Junqué C. Alteración cognitiva em el envejecimiento normal:
nosología y estado actual. Rev Neurol 1999; 29:64 – 70
4. Baquero
M, Blasco R, Campos – García M, Garcés EM, Fages M y Catalá A. Estudio
descriptivo de los trastornos conductuales em el deterioro leve. Rev Neurol.
2004;38: 323 – 6.
5. López
O.L. Clasificación del deterioro cognitivo leve en un estudio poblacional. Rev
Neurol. 2003; 37: 140 – 4.
6. Bennett D. Mild Cognitive Impairment. Clinics of
Geriatric Medicine. 2004; 20: 15 -25.
No hay comentarios:
Publicar un comentario