Una planeación adecuada de las actividades que sustentan el cuidado de los pacientes
con Enfermedad de Alzheimer (EA), garantiza una buena calidad de vida de quien se
ve afectado por esta condición clínica y de quien (es) asumen la
responsabilidad del cuidado del mismo.
La
organización de las tareas facilita el control de la situación, permite
dosificar el tiempo y la energía que implica el cuidado y facilita las labores
cotidianas del cuidador. Entre las acciones que deben ser consideradas en el
proceso de planeación de los cuidados, se incluyen:
1. Elaborar una lista de
actividades y tareas, incluyendo el nivel de complejidad, el tiempo que
demandan y el nivel de energía requerido.
2. Elaborar un cronograma que
incluya las tareas, los horarios y los responsables de cada una de éstas.
3. Identificar las necesidades de
ayuda y coordinar con familiares, allegados o profesionales del cuidado su
participación en el proceso.
4. Identificar las actividades y
tareas que pueden ser realizadas por el paciente en forma autónoma.
5. Establezca las prioridades y
la jerarquía de las mismas, según la situación individual y el contexto del
paciente.
6. Incluir espacios de descanso
que permitan disminuir la carga física y emocional del cuidado.
7. Incluir actividades de tiempo
libre para dedicación a las aficiones y el mantenimiento de las relaciones
personales.
8. Implicar a todas las personas
que tienen responsabilidad con el paciente en las actividades de cuidado.
9. Establecer un horario de
turnos que distribuya la carga entre los familiares y allegados que vayan a
participar del proceso.
10. Identificar personas o
instituciones que puedan apoyar el cuidado en caso de ausencia del cuidador y/o
en caso de necesidad de un “respiro” en el proceso de cuidado.
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