El recuerdo de dígitos en progresión y regresión se
considera la mejor medida de memoria verbal inmediata, sin embargo, no es
solamente una tarea cognitiva que involucra la memoria, sino que se considera
también una prueba de valoración de la amplitud de la atención.[1]
La prueba utilizada en la investigación es un
subtest de la Escala
de Weschler, en que se requiere que el paciente repita los dígitos pronunciados
por el evaluador en orden directo y en orden inverso, aumentándose en forma
progresiva la cantidad de datos desde dos hasta siete elementos (dígitos inversos)
o hasta ocho elementos (dígitos directos), los cuales pueden ser repetidos en
dos intentos cada vez.[1]
La puntuación máxima corresponde a dieciséis en la
parte que corresponde al orden directo y a catorce en la que corresponde al
inverso, incluyendo la puntuación obtenida en el intento (cero o un punto por
respuesta) y la puntuación del elemento, esta última resultante de la suma de
los resultados obtenidos en los dos intentos realizados. En la mayor parte de
los individuos, la retención de dígitos en regresión (orden inverso), requiere
una menor amplitud atencional que la de los dígitos en progresión, siendo esta
última parte de la prueba más resistente al fenómeno del envejecimiento
cognitivo, pero más sensible a los factores educacionales.[1]
No hay comentarios:
Publicar un comentario